En El Salvador
Solicitan ayuda internacional para el rescate de lenguas y culturas de comunidades indígenas en peligro de extinción
René Rodríguez Soriano
Con el propósito de dar a conocer y rescatar la lengua y la cultura de comunidades indígenas que hoy se encuentran en un acelerado proceso de extinción en su país, la Universidad de El Salvador, a través de su Departamento de Letras lleva a cabo un programa de investigación y rescate de las lenguas Nahuat, Potón y Cacaopera.
De acuerdo con declaraciones de la profesora Consuelo Roque, la población indígena está integrada por unas 600 mil personas dispersas en distintas regiones de la nación. "No tenemos un censo en particular sobre cuántos indígenas hay, pero existen algunos datos de antropólogos de la procuraduría de derechos humanos y ellos hacen un estimado del 10% de la población total. Tenemos casi seis millones, estamos hablando de 600 mil indígenas. El grupo mayoritario son los Nahuat que están distribuidos entre Aguachapán, Sonsonate, La Libertad y también San Salvador, o sea la parte oeste suroeste del Salvador y en la parte este, en el oriente, hay menos", destaca.
Tanto la universidad, como el grupo de investigadores, a la cabeza de los cuales se encuentra la profesora Roque, iniciaron el programa movidos por la preocupación de que a los indígenas salvadoreños se les hicieran valer sus derechos y se les permitiera gozar de dignos privilegios de unas tierras que, a su juicio, les fueron arrebatadas, primero por los conquistadores en el 1545 y más adelante con un decreto presidencial del 1881.
Desde ese remoto momento, resalta, se inician las penurias de los aborígenes de El Salvador que luego pasan a ser perseguidos y prácticamente exterminados en acciones masivas como la acaecida "a raíz de la masacre de 1932, el genocidio que realizó el general Hernández Martínez, que cobró la vida de más de 30 mil indígenas".
La situación por la que hoy atraviesan los indígenas salvadoreños es prácticamente desconocida hasta en la misma nación debido a que estas comunidades, probablemente atemorizadas por las constantes represalias a que se han visto sometidos, optaron por dispersarse en distintos puntos del territorio y tratar de actuar y ocultar sus propias raíces y costumbres.
Algo que, a juicio de la educadora es parcial, ya que "ellos se han visto obligados a aceptar la otra cultura, pero es parcial porque por un lado pueden ir a misa el domingo, pueden cantar el himno nacional en los actos, pueden participar en algunas cosas del 15 de setiembre, pero en los días sagrados indígenas, ellos visitan sus cuevas sagradas, los lugares sagrados y ahí realizan sus propias ceremonias".
" Su ceremonia a la venida del año es diferente a la de los mestizos, el cambio de milenio, el inicio de la cosecha, ellos lo hacen por separado. Hasta hace poco se han abierto un poquito a que otras personas mestizas participen con ellos", sostiene.
Por esa razón, la investigadora con licenciatura en Letras de la Universidad de El Salvador y un post-grado en investigación de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, se desarrolla un movimiento internacional para que, a través de la promoción de la artesanía y de los valiosísimos conocimientos sobre medicina natural que poseen los indígenas obtengan fondos suficientes para adquirir las tierras que en el pasado les fueron arrebatadas.
Una de las primeras actividades con las que se inició el programa fue con la publicación de las cartillas para la enseñanza de las lenguas de las tres principales comunidades, actividad que cuenta con la decidida participación de los aborígenes que se han integrado al plan de rescate de su lengua y su cultura.
Al momento del inicio del proyecto, relata la profesora, la lengua más hablada era la de la comunidad de los Nahuat que contaba con "aproximadamente unos 150 en varias comunidades, especialmente en Santo Domingo de Guzmán, Cuiznahuat, Nahuizalco e Inzalco. De la lengua cacaopera cuatro hablantes y de la Lenca Potón dos personas y aún no se ha iniciado la enseñanza, no se ha encontrado por completo", recalcó.
Este programa, se inició con el auspicio del Departamento de Letras de la Universidad y con fondos que proveen mayormente los estudiantes y grupos de apoyo como Asociación Nacional Indígena Salvadoreña, ya que no existe ningún otro tipo de ayuda oficial para trabajar con estas comunidades.
La profesora Roque, en su visita a Miami estableció contactos para la formación en esta ciudad de grupos de apoyo a los programas que se realizan desde la Universidad de El Salvador por el rescate de la lengua y la cultura de las comunidades indígenas salvadoreñas.
Este proceso de rescate y salvaguarda cultural que realiza el grupo de investigadores salvadoreños se une al proceso que a través de UNICEF está realizando mundialmente la UNESCO por la conservación de las culturas indígenas como uno de los mas preciados patrimonios culturales de la humanidad. En ese sentido, diferentes organizaciones internacionales despliegan ingentes esfuerzos por apoyar y promover grupos de rescate a escala mundial.